Empecemos pues con un ícono institucional que el año pasado se fichó como refuerzo a la edad de setenta y un años rompiendo el récord para el fútbol mexicano como la persona de mayor edad en jugar en Primera División: Chava "el Melón" Reyes. Recuerdo aquella tarde de sábado donde las chivas le ganaron con marcador de 3-0 a los pumas de la UNAM; donde nuestro Chava portaba el número 57 como alusión al año de inicio de la era del Campeonísimo donde tocó tres veces el balón y salió de cambio al minuto 1 del encuentro por Omar Bravo.
Salvador Reyes fue chiva de nacimiento, influenciado por su padre Luis Reyes antiguo jugador del Guadalajara. Durante su infancia creció siendo mascota y recogiendo balones. Fue en el año de 1952 cuando debutó en el equipo de sus amores contra el León en el Campo Oro.
Chava fue parte del rebaño durante 15 años, hasta 1967, consolidándose como imagen viva de la institución. Ganó siete títulos, cuatro de manera consecutiva; y formó parte del legendario Campeonísimo, teniendo como letal pareja a Héctor Hernández en la delantera. Reyes era un especialista en llegar desde atrás para anotar los goles, sin ser un centro delantero, poseía una fina técnica y era buen cabeceador, pero sobre todo siempre se las ingeniaba para estar dentro del área peleando el balón.
Chava fue un ídolo del pueblo, algo así como el Pedro Infante del fútbol, como en alguna ocasión lo definió su compañero Jaime Gómez, el famoso Tubo, con un especial carisma y la sencillez de venir del pueblo, Chava es el máximo ídolo de la mejor época del club.
Qué emoción es recordar al que fuera el hombre que anotó el gol que le dio el primer título a las Chivas y que él mismo narró en una entrevista dentro del centenario de Chivas de la siguiente manera: "Fue a centro de Pedro Nuño, que rechazó el portero Quevedo en el área chica y yo llegué por el interior derecho, barriéndome y pude empujar el balón con el pie derecho".

Ese gol que atravesó la portería del Irapuato se convirtió en una de las celebraciones históricas para Chivas, era el primero del que hoy se conoce como el Campeonísimo equipo de Chivas. Después de la anotación sólo restó tiempo para llevar el balón al centro de la cancha y el árbitro pitó el final del partido en el Parque Oro y se inició una de las más bellas historias del fútbol nacional.
Porta aún el honor de ser el máximo goleador del club con 122 anotaciones en partidos oficiales. Estuvo en la selección mexicana participando en los mundiales de Suecia 58, Chile 62 e Inglaterra 66 jugando todos los partidos que tuvo México. En la temporada 60-61 anotó 21 goles en 25 partidos, ganando el título de goleo individual.
Por todos tus goles, por los gritos que le arrebataste a la afición, por toda tu magia en la cancha y por hacer grande al equipo del Guadalajara, no hay nada más que festejarlo como lo hizo la afición al momento de tu cambio: "Olé, olé ole olé.... ¡Chava! ¡Chava!"

No te pierdas la siguiente entrega de los ídolos de Chivas, platicando sobre Héctor Hernández.
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